Vivir es relacionarse sistemática y constantemente con el resto de la sociedad en la que uno se encuentra inmerso. Para ello es imprescindible la comunicación.
Y la comunicación se complica si no se comparte un idioma, una cultura y un código social común.
Vivir es solucionar cada día necesidades ordinarias, que en su mayor parte dependen de la maquinaria del Estado, del poder público y de la administración que regula los servicios de que disfrutamos y nos exige comportamientos civiles necesarios. No es posible participar en la sociedad sin relacionarse con la administración pública de este país.